lunes, 5 de septiembre de 2011

Venus va de shopping


Cuando terminó la de Hugh Grant ella lo abrazó se recostó en su hombro. Tenía esos ojos soñadores de la Cenicienta cuando describía la noche del baile en palacio, y esa sonrisa entre suspiros que ponemos las mujeres cuando el romanticismo nos invade desde la pantalla.

Durante un rato recordaron por vigésima vez el día que se conocieron, aquel cumpleaños en la quinta de un amigo de la facultad. Las charlas, las risas, esos momentos que tratamos de rescatar cada vez que podemos.

- Y decime, ¿qué fue lo que te gustó de mí? Porque si mal no recuerdooooo, había varias revoloteando a tu alrededor. Esa Vanesa que no te dejaba de mirar ¡tan tarada! Y Paula, que casi se te tira encima cuando te vio llegar. Para no seguir…. Dale, dale, ¿qué fue lo que te gustó de mí? Porque yo no era tan tarada como esas dos, que lo único que hacían era dar grititos y saltar todo el tiempo. Además no podían decir dos frases coherentes juntas y no sab…

- El culo y los ojos, dijo él.

- ¿Cómo el culo? Me estás jodiendo. ¿Me vas a decir que en medio de ese séquito de cotorras que hablaban estupideces, llegué yo que tengo un poco más de cerebro y no influyó para nada? ¿Me vas a decir que lo mejor que viste en mí fue…

- El culo y los ojos, repitió él.

El portazo fue terrible, y él se quedó toda la tarde solo y feliz disfrutando del control remoto, del partido del Arsenal contra el Tottenham de abril del ‘83 y de la historia de las trompadas de los welter juniors de los últimos años.


Por mucho que nos ofenda, es lo que ellos buscan: lo llevan en la sangre y es una cuestión de supervivencia. Y esto no es nada nuevo ya que para muestra, ¿qué mejor que comprobarlo mirando las redondeces de las Venus paleolíticas? Señoras pura panza, lolas, cola, caderas, una exaltación a la fertilidad, ya que si no procreaban, se les extinguía la especie. A muchas de estas minas ni siquiera les hacían brazos o piernas, ¿Para qué?

No creo que esos salvajes se preocuparan por tener una sexualidad generosa, compartida, ni que se tomaran el tiempo para el disfrute de su mujer. Palo y a la bolsa, y a seguir de cacería. Las primeras Venus ni siquiera tenían cara. Ni boca, así no hablaban.

En la mentalidad primitiva de aquellos semi humanos, las minas estaban para procrear y cuidar los hijos. Ellos mientras tanto salían de cacería para llevar el sustento a la cueva. Y estaba bien. Esta sería la explicación científica o la justificación de porqué los hombres son en general unos trogloditas sin descanso.

Pero ya que nos agarramos de la historia, vamos a valernos de ella para justificar ciertas conductas de nosotras las mujeres. Cuando ellos se iban de cacería con la lanza o el arpón en busca de algún yak, mamut o fiera prehistórica, ellas se quedaban en la cueva con los críos. Y ella recolectaba frutos y semillas para el sustento diario mientras esperaban el regreso del hombre. En otras palabras, eso de que la mujer saliera de la cueva con la canastita de piel de oso a juntar bayas, ¿no es lo mismo que ir al shopping? No es entonces que nosotras estamos haciendo pelota la tarjeta comprando cosas superficiales, no señor. Estamos respetando nuestros instintos mas primitivos, sencillamente, ¡estamos recolectando!

Así que por favor no jodan con eso de los gastos, el resumen de la tarjeta y la declaración jurada. Cada uno obedece el llamado de la sangre y la naturaleza; contra esta fuerza no hay nada que hacer. Que ellos miren nomás nuestras redondeces, pero que no protesten cuando llega el resumen del banco. Porque es nuestro grito interno el que nos llama a salir a recolectar para asegurarnos la continuidad de la especie. Y si es un Miércoles Super Mujer, ¡tanto mejor!


p.d. si quieren mandar comentarios firmen al pie, si son valientes, pero para enviar seleccionen la opción Anònimo que llega seguro. De otro modo, se pierde para siempre en el ciberespacio, a menos que seas experto como Assange.

6 comentarios:

  1. Maravilloso. Simplemente maravilloso!!!

    ResponderEliminar
  2. SIEMPRE LO PIENSO,
    MUCHA EVOLUCION PERO LA ANTROPOLOGIA SIGUE IMPONIENDOSE PESE A TODO,
    CAMBIAN LOS SETTINGS PERO LOS PROGRAMAS ANIMALES EN NOSOTROS SIGUEN SIENDO LOS MISMOS,
    LO DICEN HELEN FISHER,DESMOND MORRIS Y NANCY FRIDAY TAMBIEN!
    ESCRITO DIVINO COMO SIEMPRE GABY!!

    ResponderEliminar
  3. Muy Bueno!!!!
    Felicitaciones !!!!

    ResponderEliminar
  4. Sinceramente cuantas mujeres quedan que hacen bolsa la tarjeta? no es hora de que las mujeres luchemos por ser algo mas que consumidoras compulsivas? no les parece que deberiamos pensar en que pensamos, trabajamos y somos un complemento en llevar la casa adelante con un hombre?

    ResponderEliminar
  5. jajaj, recolectora, que buena explicacion Gaby....pero a eso le sigue la pregunta...para que??? si total nos arreglamos con lo que hay!!! por supuesto que todo es de la epoca de Maria Castaña (que a esta altura ya es Canosa). La compulsion es mala consejera en todos los casos, pero que lindo es disfrutar algo nuevo, no??

    ResponderEliminar
  6. Sra. Mujer Común. Me pareció muy inteligente (como no podía ser de otro modo)la forma como abordó un tema con tantas aristas y redondeces a la vez. La conclusión a la que arribo luego de releer detenidamente, es que las mujeres histórica y/o histéricamente, desean salir de compras, a gastar los pocos gliptodontes que traemos a casa con tanto esfuerzo. Y para que los hombres no nos avivemos, usan el culo como elemento de distracción.
    Le digo que en muchos casos es un muy buen trato!!!
    Pirincho

    ResponderEliminar