viernes, 3 de julio de 2009

Máscaras de ensalada



En cada cambio de estación las revistas empiezan con los tratamientos shock para revitalizar la piel y prepararla para la nieve/las flores/el sol/la caìda de las hojas de los àrboles, segùn corresponda.

Vimos muchas veces fotos de una preciosa modelo, con un turbante de toalla blanquìsima y esponjosa. Sobre los pàrpados, dos rodajas de pepino, tomate, frutilla o rabanito. ¿Quien no se ha tentado alguna vez, pensando que con sòlo llenarse la cara de vegetales íba a quedar así de linda?

Tal vez con la firme convicción “yo quiero quedar como ella”, hasta hemos preparado concienzudamente las rodajas de pepino para aplicar sobre los ojos cansados, con la ilusiòn de que las vitaminas y los flavonoides nos devuelvan la lozanìa perdida con los años, el stress o el trajinar de la semana.

Así, nos preparamos en un cuarto en semipenumbra, con mùsica New age, ruiditos de agua que corre, pàjaros y viento. En la mano, un bowl con las rodajas frìas de tomate. En la cabeza, el turbante hecho con una toalla verde o rosa. Las blancas y esponjosas son para los hoteles, las peluquerìas y los Spa. En las casas siempre son de colores pastel, a menos que una haya comprado todo net, en medio de un ataque minimalista.

Estamos entonces con los pepinos o los tomates en la punta de los dedos, tanteando a ciegas para embocarlos en los pàrpados cerrados. Menuda tarea: la rodaja es plana, el ojo es convexo y ofrece una pequeña superficie de apoyo. Resultado: el pepino queda bailando sobre el pàrpado, y no puede regalarnos sus propiedades mágicas. Con paciencia, y siempre a ciegas, vamos modelando el vegetal hasta que se amolda a las redondeces de nuestro globo ocular.

¡Horror! Con la presiòn el pepino empieza a largar su juguito que nos cae por el borde del ojo, las orejas, el cuello y finalmente la almohada. Es que nos olvidamos de colocar una toalla para proteger la cama, ¿quién toma tantas precauciones?

Nuevamaente hay que sacarse a tientas las rodajas, ahora babosas y tibias, meterlas en el bowl, limpiarnos el juguito, tirar todo al diablo y darnos una ducha para ir a la farmacia a comprar una buena crema hidratante y dejarnos de pavadas. Pepinos, tomates, frutillas, ¡a la ensalada, de donde nunca debian haber salido!

2 comentarios:

  1. Están buenísimas tus reflexiones, Gaby. Las leo siempre y me cago de risa. Abrazo grande

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  2. Muy gracioso lo de las verduras en la cara, me encantaron las fotos, las hiciste vos o te las encontraste en una galeria de arte.-
    Lo del pepino y la alohe vera yo lo hago, pero spa baratito en casa.- En Brasil en Costa do Saupe por ponerte los dos pepinos en los ojos y hacerte unos masajitos silenciosos te cobran 300 dolares.-

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